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No vemos la paja más que en el ojo ajeno

Corre el año 2018, marcado de hechos y acontecimientos históricos que dejan huella en un país inmerso en problemas y ansioso por un salvador. Es México esta nación de grandes contrastes donde la inmensa mayoría (democráticamente hablando) ha puesto en sus manos a quien ha de tomar las riendas para llevar a puerto distinto los anhelos, esperanzas, suspiros, contentos, exigencias, creencias y valores de los mexicanos. Este año también en contraste es el último de una época de un momento y tiempo específico porque supone que los cambios eso son, algo totalmente distinto a lo anterior.

Noche estrellada, Van Gogh

Dejando el breviario introductorio un poco atrás vayamos tras el hilo conductor de toda esta vorágine de sentimientos y es ese el de la honestidad, cuando se habla de la honestidad en una forma gubernamental se espera la tan anhelada frase de erradicar la corrupción empero hagamos una introspección a la sociedad misma, a cada uno de nosotros para hacer la siguiente pregunta:


¿Cambiar yo, para que cambie la sociedad?


El riesgo es altísimo cuando se lanza esta piedra con dirección desconocida, pero que pasaría si cada uno de nosotros en conciencia plena cambiáramos una pequeña conducta o acto de nuestro día, querido lector esta pregunta y reto lo dejo al aire con dos posibilidades, la prima reaccionar ante este cuestionamiento y haga eco en ti y la segunda solo sonreír hace esa mueca de sarcasmo que se suele hacer cuando se pone entre la espada y la pared, seguir todo como está y quejarnos cuando hasta que se las acciones interfieran con nuestra actividad diaria.

Vivimos un momento crítico para la sociedad esta y muchas otras frases parecen encajar en charlas de café, tertulias y reuniones políticas que está por demás decir casi siempre son meros eufemismos para parecer antes de ser. Aquí de lo que se trata nuevamente querido lector es dar ejemplos claros de lo que propuse anteriormente.


Querido lector quizá concuerdes conmigo que al salir a la calle podemos observar bastantes ejemplos del cinismo social este que se nota cuando un automovilista se pasa un alto, se estaciona en línea amarilla, excede los límites de velocidad, maneja bajo la influencia del alcohol, invade carriles, choca a otro vehículo estacionado y se va, da vueltas prohibidas, no respeta las señalizaciones, la línea peatonal y las rampas de discapacitados le son inexistentes, etc. Es esa misma persona que se queja de los mismos o distintos males de la sociedad por eso el cinismo, hasta cuando daremos un hasta aquí, un alto, reflexionaremos como individuos para después conformar una sociedad más crítica donde comprendamos que nuestras acciones tienen consecuencias y eco en quienes nos rodean, el ejemplo de una roca que se arroja a un estanque de agua donde las ondas generadas impactan en cada rincón del estanque.


La puesta en escena está en marcha y los engranes siguen girando, si esta columna editorial pudo lograr algo en ti amigo lector, mi tarea de estas líneas está terminada.


“Solo en sociedad podemos ver el esplendor de la humanidad"

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