top of page

La imperiosa necesidad de ser


Camina en este vertiginoso mundo esa picazón, ese que se yo, el algo, llamado a veces motivo, pero nunca falla, es la necesidad de ser reconocido. Así funciona la política en pleno siglo XXI, el reconocimiento está por encima de procurar el bien para la población, del trabajo por y para qué son elegidos. Aquí viene la pregunta mi querido lector: ¿es necesario cambiar todo el sistema de nuestra clasepolítica?


Raúl Orteg González - Director Editorial de Díalogo Abierto

A primera instancia y como un anhelado sentimiento que desborda nuestro pecho podríamos decir que si, aunque reflexionemos un poco sobre nuestro sistema político, entendamos la estructura que se ha ido construyendo alrededor de un mítico poder público que vemos como la piedra filosofal y los partidos alquimistas tratan constantemente de encontrar la fórmula correcta de poder y admiración que están colmados de una clase política que ha sido instruida para tener los reflectores encima, es cosa de la idiosincrasia del mexicano, el aplaudirle los logros propios de la función pública.


Habremos nosotros como una sociedad unida el cambiar los hilos de un sistema ya anquilosado, enraizado tanto en el pensamiento colectivo de que así deben ser las cosas. O en segundo término, si como parte de la sociedad realizamos el cambio de mentalidad generacional para lograr las grandes transformaciones ideológicas por medio de los centros educativos, familia, amigos y cada uno de los individuos que formamos parte de este tejido viviente que late fuertemente, donde recordemos la clase política no está excluida y pertenece al mismo ser social, es aquí donde podremos romper el gran paradigma entre gobernantes y gobernados, recordar que estamos a la par, somos un igual, nadie está por encima alguien, los modelos para la transformación de esta mal llamada “cultura del mexicano” están al alcance de todos y cada uno de nosotros.


Los grandes cambios son por medio de pequeñas acciones.


En este caso debemos nosotros como sociedad, ser más críticos ante la clase política que demanda aplausos, ovaciones y algarabías por cumplir sus funciones básicas.


bottom of page